sábado, 1 de marzo de 2008

Hitler y Wittenstein


El joven Hitler fue un buen estudiante en primaria. Pero en sexto, su primer año de enseñanza secundaria (Realschule) en Linz, suspendió y tuvo que repetir el curso. Sus profesores dijeron que no tenía "deseo de trabajar". Uno de los compañeros de Hitler en la Realschule fue Ludwig Wittenstein, uno de los más destacados filósofos del siglo XX.
Un libro de Kimberley Cornish sugiere que los conflictos entre Hitler y algunos estudiantes judíos, incluyendo Wittgenstein, fueron un momento crítico en la formación de Hitler como un antisemita.
El multimillonario Wittgenstein creció en una familia de ocho hermanos, tres de los cuales se suicidarían. Los contrastes comenzaron desde su infancia. Sus padres judíos convertidos al protestantismo le bautizaron por el rito católico.
Su familia era muy rica y de alta cultura. Entre los amigos familiares se encontraba a Sigmund Freud, los compositores Johannes Brahms y Gustav Mahler, y el artista Gustav Klimt.
Cuando contaba con 14 años fue a estudiar a la escuela de Linz donde compartió clase con Adolf Hitler.
En la Universidad estudió para ingeniero y se terminó especializando en aeronáutica, aunque siempre será conocido como uno de los más grandes filósofos de la historia.
Durante la primera guerra mundial y a pesar de su elevada clase social decidió alistarse en el ejercito como soldado raso, como el mismo explicaría más tarde "si en 1914 se había presentado voluntario al ejército, lo hizo buscando la muerte".
Pocos días antes de finalizar la guerra fue capturado junto con otros soldados, debido a que creían que ya había sido firmado el armisticio. Durante su cautiverio terminó de escribir el Tractatus Logico-Philosophicus, que le lanzaría a la elite de los filósofos del S.XX, sólo publicó un libro más: un léxico para escolares. El resto de sus libros vería la luz tras su muerte.
Al finalizar la guerra era tal vez el hombre más rico de toda Europa, teniendo una fortuna de más de $300 milliones, que había heredado de su padre. Renunció a ésta fortuna a favor de sus hermanas, con el compromiso oficial que no se la restituyesen nunca, ni en la más mínima parte. Su contable lo calificó de "suicidio financiero".
Se retiró a trabajar como maestro en la Austria rural hasta que en abril de 1922, Wittgenstein abofeteó a un alumno que fue llevado desmayado a la secretaría de la escuela. Debido a lo anterior, fue sometido a un examen psiquiátrico para determinar si podía seguir enseñando, y a pesar de haber sido absuelto, renunció a la enseñanza.
Decidió volver al mundo de la filosofía , dónde no tenia muchos amigos. Llegó a amenazar en público al mismísimo Popper, con un atizador. Terminó sus últimos años, en una cabaña de la costa de Irlanda donde se hacía dejar la comida a unos metros de su vivienda.

Colaboración de Fernando Garcés