¿Por qué una masa de apenas 10 kilos pudo descargar una energía tan enorme? Para entenderlo, primero hay que saber que la materia (una mesa, un perchero) está formada por átomos que tienen en su centro un núcleo capaz de liberar, en ciertas condiciones, una determinada cantidad de energía. Energía que se conoce como nuclear; de allí que las bombas atómicas también reciban el nombre de nucleares. Esa energía que cada núcleo puede liberar no es tan grande pero en cada gramo de materia puede haber millones y millones de átomos. En un solo gramo de uranio, hay tantos atomos que deberían escribirse con un 3 seguido por 21 ceros. Lo que hicieron los padres de la energía atómica fue investigar el modo de utilizar la energía de esos núcleos (de uranio o de plutonio). Algunos lo hicieron a través de la fisión, es decir del rompimiento de un núcleo en pedazos más livianos. Cada vez que un núcleo de uranio se fisiona o divide se forman dos fragmentos de aproximadamente la mitad de la masa original, más 2 ó 3 partículas llamadas neutrones. Ese proceso de fisión ocurre de modo espontáneo. Para aprovechar la energía, en reactores o en bombas, se lanzan algunos neutrones que rompen los núcleos de uranio y liberan energía. La bomba de Hiroshima, que tenía uranio 235, fue construida como un modelo de cañón, tenía un mecanismo de disparo para lanzar dos porciones de masa una con otra y provocar la explosión. La de Nagasaki utilizó como combustible al plutonio 239 y tenía un diseño más elaborado. A las 8:15:17, el B-29 Enola Gay dejó caer la bomba atómica Little Boy sobre el centro de la ciudad y se alejó a gran velocidad, haciendo un brusco giro de 150° hacia el noroeste en forma ascendente. La bomba cayó haciendo un ruido sibilante que no se percibió desde tierra. Para aumentar su alcance letal, la bomba estaba programada para iniciar la reacción nuclear a unos 640 m de altura. A las 8:16:43, la bomba estalló a la altura convenida, con una explosión de la magnitud de 20.000 toneladas de TNT. A las 16 milésimas de segundos, de la detonación, se desplegó una bola de fuego primero violácea y luego de color blanco intenso y brillante como un flash fotográfico, con una temperatura de 50 millones de grados. Quienes vieron esa luz y vivieron para contarlo, quedaron ciegos permanentemente (muriendo meses después debido a la radiación). A las 25 milésimas de segundos, la bola alcanzó un diámetro de 300 metros, que evaporizó instantáneamente a todas las personas dentro de la clínica Shima y a miles quienes circulaban directamente debajo del estallido. La presión ejercida por la onda expansiva inicial fue de varias ton/cm2 y comprimió enterrando varios metros las columnas de la Clínica Shima. En algunos instantes se creó una columna invisible cuya compresión resultó enorme, el calor y la presión instantánea vaporizaron a más de 80.000 personas. De ellos, solo quedaron sus sombras sobre el cemento vitrificado. A las 60 milésimas de segundos, la bola se expandió abrasando todo alrededor, a más de 500 metros de radio y carbonizando con radiación infrarroja todo ser a 1,5 km del hipocentro. 2 segundos después de la detonación de la bomba, la onda expansiva comprimida, denominada «soplo de la explosión», había destruido todo alrededor de 2,5 km de distancia, incinerando a quienes se encontraban en ese sector. La onda expansiva de alta temperatura devastó con vientos desde de 800 km/h, destruyendo totalmente las construcciones ligeras del resto de la ciudad, haciendo que los pedazos de de madera y similares, sirvieran como verdaderas flechas. La bola de fuego comenzó a ascender, consumiendo miles de m3 de oxígeno. Las corrientes ascendentes crearon una columna de vacío que succionó contravientos hacia el hipocentro, se percibía un sabor a plomo en el aire. En ese momento, observadores hasta a 20 km de distancia de Hiroshima pudieron ver el hongo atómico ascendiendo completamente silencioso (el bramido los alcanzaría un minuto después, debido a que el sonido se mueve a 340,46 m/s). 5 segundos después del estallido, todo el daño estaba consumado. El área inmediatamente afectada fue de 5 km² densamente poblados. La onda expansiva transportó vientos recalentados a más de 500 °C hacia toda la ciudad. Hubo miles de casos de incineración súbita, carbonizaciones parciales y quemaduras de personas expuestas hacia el hipocentro del estallido, a más de 10 km del punto cero.
domingo, 4 de noviembre de 2007
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