sábado, 26 de enero de 2008

Execution of a Viet Cong Guerrilla


El 1 de febrero de 1968, en el segundo día de la ofensiva del Tet, el general Nguyen Ngoc Loan (el jefe de la Policía survietnamita) se acercó a un prisionero del Vietcong y le disparó un tiro a quemarropa en la sien. Eddie Adams, fotógrafo de Associated Press, estaba allí. Recibió un premio Pulitzer por esa foto.

La imagen se convirtió en un símbolo de la guerra y, de alguna manera, fue adoptada por los grupos pacifistas que se oponían a la intervención norteamericana en Vietnam. Representaba todo lo que estaba yendo mal en el sureste de Asia, la incapacidad de EEUU por controlar a un aliado, Vietnam del Sur, tan sangriento como el enemigo del norte, y la brutalidad de un conflicto que, como todas las guerras civiles, estaba degenerando en un ciclo de venganzas sangrientas.

Sin embargo, el autor de la foto no estaba de acuerdo con esa interpretación. No es que justificara la acción del general, pero sabía que las circunstancias personales del verdugo y su víctima no permitían juicios de valor simples. El ejecutado había asesinado a un amigo del general Loan y también había matado a la esposa de ese amigo y a sus seis hijos.

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