La única fotografía de un Quagga con vida (ahora extinta) fotografía de 1870. El cuaga o quagga (Equus quagga quagga) es una subespecie extinta de cebra común (Equus quagga). Al contrario que las subespecies hoy existentes, el cuaga era una cebra de pelaje pardo rojizo no rayado en el lomo y cuartos traseros, y salpicado de rayas negras en cara, cuello, costados y crines. El vientre y las patas eran enteramente blancas. Estas diferencias tan grandes en cuanto a coloración condujeron a que fuera descrita inicialmente (1788) como una especie aparte.
Los cuagas formaban manadas en la zona sureste de la actual Sudáfrica, como en la zona media y meridional del Estado Libre de Orange, siendo especialmente abundantes en la Provincia del Cabo. Su nombre procede de la lengua de los Khoi (Hotentotes) y tiene un origen onomatopéyico: es una adaptación del ruido característico del propio cuaga.
Los cuagas fueron cazados desde la llegada de los primeros colonos holandeses por su carne y su piel, y la soberanía inglesa acabó con ellos.
El cuaga es el único animal extinto cuyo ADN ha sido extraído, secuenciado y estudiado en su totalidad. Gracias a ello, los laboratorios de la Smithsonian Institution de Washington D.C. pudieron probar finalmente y sin asomo de duda que el quagga era una subespecie de la cebra de planicie, que se definió como raza entre 120 y 290 mil años atrás.
En 1871 murió uno de los pocos especímenes cautivos en el zoológico de París, al que siguió el del zoo de Londres en 1872 y el de Berlín en 1875, este mismo año ya resultaba difícil encontrar una sola piel de quagga en África. El 12 de agosto de 1883 murió el último quagga que vivía en cautividad en el zoo de Ámsterdam, extinguiéndose definitivamente la subespecie.
La disponibilidad de ADN en perfectas condiciones hace posible la teórica "resurrección" del cuaga por medio de la clonación. Sin embargo, no se ha realizado ningún experimento en este sentido, pero sí la formación de "nuevos" cuagas a partir de cebras de planicie del Parque Nacional Etosha de Namibia mediante un proceso de cría selectiva que potencie las cualidades más afines al extinto cuaga en cada generación. El llamado "Proyecto Quagga" comenzó a trabajar en este sentido en 1987 con nueve cebras procedentes de Etosha, elegidas entre 205 candidatas. El proyecto está en marcha desde entonces en Vrolijkheid, cerca de Robertson, Sudáfrica.
Félix Velasco
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