O Lonja de los Mercaderes - Considerada como uno de los más brillantes ejemplos del gótico civil europeo. Construida entre 1482 y 1533, este conjunto de edificios se destinó al comercio de la seda y desde entonces ha venido desempeñando funciones mercantiles. Obra maestra del gótico flamígero, la lonja y su grandiosa Sala de Contratación ilustran el poderío y la riqueza de una gran ciudad mercantil mediterránea en los siglos XV y XVI.
Monumento Nacional en 1931,7 y la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1996.
Sus fachadas son rectangulares de piedra picada, adornadas con medallones renacentistas, esculturas y gárgolas, puertas, ventanas, escudos y merlones.
El nombre que recibe de que el tejido de seda era, desde el siglo XIV al siglo XVIII, la industria más potente de la ciudad (293 maestros sederos censados en la ciudad en 1487). Durante la segunda mitad del XVIII 25.000 personas se dedicaban a la industria de la seda en la ciudad, que contaba con más de 3.000 telares.
El Salón Columnario o Sala de Contratación es una estancia interior, con tres naves longitudinales de 35,6 m de fondo y cinco naves transversales de 21,4 m de ancho, cuyo techo es un conjunto de bóvedas de crucería, de una altura de 17,4 m, sostenidas sobre 24 esbeltas columnas helicoidales y 16 pilastras del mismo tipo que sostienen las bóvedas. De las columnas de 11 m de altura nacen unos nervios que se extienden sobre tramos cuadrados a la misma altura y que conforman unas bóvedas casi esféricas. Esta geometría esférica permite la multiplicación de nervaduras y de claves; los nervios forman una doble retícula por tramo reforzada con otros diagonales en cada cuadrado. Las claves llegan a nueve por tramo.
La Lonja fue diseñada como un templo al comercio y presenta un marcado carácter simbólico, en el que se ha querido ver la representación del paraíso en el que las columnas serían los troncos de las palmeras y las cúpulas representarían la bóveda celeste, que se encontraba originalmente pintada de azul con estrellas doradas. El municipio instaló aquí la "mesa de cambios" creada en 1407 por privilegio del rey Martín I el humano, para realizar las operaciones bancarias y donde se realizó la primera letra de cambio.
A lo largo de la parte más alta de las cuatro paredes, lindando con las bóvedas, existen unas inscripciones en latín realizadas en oro sobre un fondo oscuro, en forma de cenefa, que recuerda a los comerciantes sus deberes como mercaderes y buenos cristianos de no actuar con usura en el negocio para conseguir así la vida eterna: "Inclita domus sum annis aedificata quindecim. Gustate et videte concives quoniam bona est negotiatio, quae non agit dolum in lingua, quae jurat próximo et non deficit, quae pecuniam non dedit ad usuram eius. Mercator sic agens divitiis redundabit, et tandem vita fructur aeterna" (Casa famosa soy en quince años edificada. Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna).
Monumento Nacional en 1931,7 y la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1996.
Sus fachadas son rectangulares de piedra picada, adornadas con medallones renacentistas, esculturas y gárgolas, puertas, ventanas, escudos y merlones.
El nombre que recibe de que el tejido de seda era, desde el siglo XIV al siglo XVIII, la industria más potente de la ciudad (293 maestros sederos censados en la ciudad en 1487). Durante la segunda mitad del XVIII 25.000 personas se dedicaban a la industria de la seda en la ciudad, que contaba con más de 3.000 telares.
El Salón Columnario o Sala de Contratación es una estancia interior, con tres naves longitudinales de 35,6 m de fondo y cinco naves transversales de 21,4 m de ancho, cuyo techo es un conjunto de bóvedas de crucería, de una altura de 17,4 m, sostenidas sobre 24 esbeltas columnas helicoidales y 16 pilastras del mismo tipo que sostienen las bóvedas. De las columnas de 11 m de altura nacen unos nervios que se extienden sobre tramos cuadrados a la misma altura y que conforman unas bóvedas casi esféricas. Esta geometría esférica permite la multiplicación de nervaduras y de claves; los nervios forman una doble retícula por tramo reforzada con otros diagonales en cada cuadrado. Las claves llegan a nueve por tramo.
La Lonja fue diseñada como un templo al comercio y presenta un marcado carácter simbólico, en el que se ha querido ver la representación del paraíso en el que las columnas serían los troncos de las palmeras y las cúpulas representarían la bóveda celeste, que se encontraba originalmente pintada de azul con estrellas doradas. El municipio instaló aquí la "mesa de cambios" creada en 1407 por privilegio del rey Martín I el humano, para realizar las operaciones bancarias y donde se realizó la primera letra de cambio.
A lo largo de la parte más alta de las cuatro paredes, lindando con las bóvedas, existen unas inscripciones en latín realizadas en oro sobre un fondo oscuro, en forma de cenefa, que recuerda a los comerciantes sus deberes como mercaderes y buenos cristianos de no actuar con usura en el negocio para conseguir así la vida eterna: "Inclita domus sum annis aedificata quindecim. Gustate et videte concives quoniam bona est negotiatio, quae non agit dolum in lingua, quae jurat próximo et non deficit, quae pecuniam non dedit ad usuram eius. Mercator sic agens divitiis redundabit, et tandem vita fructur aeterna" (Casa famosa soy en quince años edificada. Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna).
Félix Velasco
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