domingo, 28 de julio de 2013

Muralla romana de Lugo

La muralla romana de Lugo rodea el casco histórico de la ciudad. La antigua ciudad romana de Lucus Augusti, fundada por Paulo Fabio Máximo en nombre del emperador Augusto en el año 13 a.C. con la finalidad de anexionar, el noroeste de la península Ibérica al Imperio romano fue dotada de un muro de defensa que ha perdurado, con escasas reformas, hasta la actualidad.
La muralla, con una longitud de 2.266 metros, coronada por 85 poderosas torres,delimita el casco histórico.
El conjunto defensivo tiene una longitud de más de 4 km, exactamente 4117 m, y abarca una extensión de 34,4 Ha. La anchura de los muros es de 4,20 m alcanzando los 7 m en algunos tramos.
La distancia entre las torres defensivas (85 que se conservan íntegras y restos de las otras 39), varia entre los 8,80 metros y 16,40 metros con una altura entre los 8 y los 12 metros por la parte exterior.
Sus diez puertas realizan la función de unir una parte de la ciudad con la otra.
El trazado de las construcción defensiva esta envuelto en el misterio, todavía nadie acierta a entender por qué dejó fuera importantes núcleos residenciales de la antigua ciudad a la vez que protegía zonas deshabitadas.
El foso está situado a unos 5 m de las torres y tenía una anchura de 20 metros y una profundidad de 4. En la actualidad sólo quedan vestigios del mismo y pudo ser documentado en 1987 mediante diferentes estudios arqueológicos. Se ha comprobado que no es un foso continuo, sino que está formado por diversos tramos independientes con encuentros acoplados. Tienen en el fondo una serie de canales cuya finalidad está sin definir.
El intervallum era un espacio entre la muralla y las edificaciones urbanas. Recorría toda la longitud de la misma, como un paseo de ronde inferior, y servía para la intendencia de la defensa. Con el paso del tiempo este espacio fue siendo ocupado por edificaciones. A mediados del siglo XX había más de 30 edificios adosados a la muralla, invadiendo el intervallum.
La datación de la muralla de Lugo, basada en los materiales constructivos y en los hallazgos arqueológicos, la sitúa en la segunda mitad del siglo III. Su construcción coincide con la percepción de la amenaza bárbara por parte de las autoridades del Imperio. Se estima que su construcción fue un único proyecto que terminó de realizarse sobre finales del siglo III o la primera mitad del siglo IV.
Además de la amenaza bárbara, la situación e importancia estratégica de la ciudad aconsejaron su construcción. La propia ubicación de la ciudad, bien resguarda el estar en lo alto de una pequeña colina y rodeada por un lado por el río Miño y por los otros por los arroyos Rato, Paraday y Chanca. La muralla protegió a la ciudad del viento frío del norte.
En 1837 se construyó un baluarte defensivo para la ubicación de artillería entre la puerta del Obispo Aguirre y la torre de A Mosqueira. Es de forma triangular y tiene troneras artilleras.
Se realizó por motivo de las Guerras Carlistas y vino a unir dos tramos que estaban separados por una serie de edificios medievales utilizados como fortaleza. En 1990 se descubrió un cubo original que se cree formaba parte de la puerta allí existente, la principal, llamada Porta Castelli.
Esta construcción fue bautizada como reducto de María Cristina en honor a la reina Regente, María Cristina de Borbón, madre de Isabel II.
La muralla romana de Lugo fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000 el día 30 de noviembre y está hermanada desde el día 6 de octubre de 2007 con la Gran Muralla China de Qinhuangdao.
Félix Velasco - Blog

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